Bob Pierce, un reverendo
estadounidense, fue el fundador de Visión Mundial. Su afirmación: “Qué mi
corazón se quebrante con las cosas que quebrantan el corazón de Dios” es una
fuente de inspiración para toda la organización.
En 1947, conoció en China a una
niña abandonada llamada White Jade. Pierce entregó a Tena Hoelkedoer, una
maestra local, sus últimos cinco dólares y acordó enviarle la misma cantidad
cada mes para que se encargue de cuidar a la pequeña.
Profundamente conmovido, en 1950
fundó Visión Mundial, con el propósito de asistir a niños y niñas en situación
de vulnerabilidad. Tres años después, implementó un sistema de patrocinio para
atender las necesidades de cientos de miles de niños coreanos que quedaron
huérfanos a causa de la guerra.
En esos primeros años, Visión
Mundial se enfocó en encontrar patrocinadores para asistir a niños y niñas en
situaciones de emergencia. Luego, la organización entendió que invertir en el
desarrollo comunitario es la clave para una mejoría sostenible de las condiciones
de vida de las personas. Hoy en día, Visión Mundial está presente en al rededor
de 100 países.
En Ecuador esta fundación y/u
organización tiene proyectos desde 1978, lleva muchos años y su impacto social
no se ha sentido.
Apoyado por la derecha política
de Canadá y más preferente de Estados Unidos esta fundación ha sido apoyada
por el llamado sistema de patrocinio y por donaciones de diferentes países que
son denominados países miembros de la Confraternidad.
La llegada al Ecuador coincidió o
“hicieron coincidir” con la Alianza para el progreso iniciada y fomentada por
JF Kennedy para América Latina y tomado con ahínco por el Presidente Reagan
y por las sugerencias de las familias
más ricas incluida aquí los Rockefeller de Estados Unidos para dividir
religiosamente a América Latina.
Muchas organizaciones religiosas
disfrazadas de ONGs arribaron al Ecuador en la Década de los 70 una de ellas el
Instituto Lingüístico de Verano brazo derecho de la CIA en Ecuador y Visión
Mundial Brazo izquierdo de Las familias más ricas e influyentes de Estados
Unidos.
De ésta manera empezó la nueva
colonización y domesticación de nuestros hermanos Quichuas, Shuar y Achuar, a
quienes les vistieron, porque andar desnudos era pecado, y rompieron y
avasallaron con su cultura, ahora vestían camisetas con propagandas de coca
cola o de Shell.
Una razón por la que Visión
Mundial invitaba a la sospecha en América Latina era que la organización era un
producto de la Guerra Fría. Su fundador, Bob Pierce (1914-1978), había sido uno
de los evangelistas de Juventud Para Cristo que condujo al avivamiento en los
Estados Unidos a finales de la Segunda Guerra Mundial, y que luego vertió las
energías resultantes hacia el evangelismo mundial. Sus primeras campañas se
realizaron en China, en donde Juventud Para Cristo esperaba que el cristianismo
evangélico fortaleciera la resistencia al avance comunista. Después de que cayó
el régimen Kuomintang, Pierce dirigió campañas en Corea del Sur justo antes de
que estallara la guerra en 1950. A medida que la marea roja avanzaba, regresó a
los Estados Unidos con una película mostrando la condición de los refugiados y
solicitó dinero para ayudarlos.
Pierce era un hombre dominante,
un empresario de fe, que frecuentemente chocaba con su directorio sobre la
forma de utilizar el dinero.{39} Cuando renunció en un arranque de ira en 1967,
fue reemplazado por el calmado y organizacional Stanley Mooneyham, ex-secretario
de prensa para Billy Graham y organizador del primer congreso mundial de
evangelización financiado por Graham. Bajo Mooneyham (1969-1982), Visión
Mundial se convirtió en la eficiente multinacional de la actualidad, con un
ingreso de 232 millones de dólares en 1985.{40} Visión Mundial iba directo
hacia cualquier lugar en donde golpeara el desastre. En 1984, estaba
financiando cien operaciones de auxilio, dos mil quinientos proyectos de
asistencia a niños y a la familia, seiscientos programas de desarrollo para la
comunidad, y unas ciento cincuenta campañas de evangelismo en setenta y siete
países.{41} [338]
LA USAID Y VISIÓN MUNDIAL
Visión Mundial se desarrolló con
una base financiera más amplia que la usual para una organización evangélica.
Desde el inicio, la combinación de evangelismo con el enfoque social de su
fundador alienó a la clase de fundamentalista cuyos dogmas constreñían tantos
programas. Otra influencia fue el apoyo financiero por parte de USAID, la misma
que prohibía el uso de fondos oficiales para el proselitismo. Debido a que
Visión Mundial no debía condicionar la asistencia provista por el gobierno con
criterios religiosos, se acostumbró a presentarse como una agencia no sectaria,
humanitaria, como otros grupos religiosos en la misma línea de trabajo.
Finalmente, cuando Visión Mundial cambió sus películas documentales como su
principal forma de reunir fondos por la televisión, su alcance se amplió desde
los sótanos de las iglesias hacia los hogares, en donde adquirió un mayor número
de donantes. A pesar que el directorio de Visión Mundial era evangélico, un
porcentaje significativo de contribuyentes no lo era. En Australia y Nueva
Zelandia, el 20 por ciento eran católicos, y otro 20 por ciento no tenía
afiliación religiosa; en Europa, únicamente el 5 por ciento eran
evangélicos.{42}
El periodista David Stoll, en el
libro ¿América Latina se vuelve protestante? denuncia que pocos años después de
la llegada de Visión Mundial al Ecuador, a finales de los años setenta, fue
acusada de provocar o empeorar conflictos en más de una docena de comunidades
indígenas. Indicios de lo mismo parecían estar surgiendo en muchos otros
lugares. El lado bueno de Visión Mundial, era que entregaba dinero a la gente
pobre. El lado malo era que los enfrentamientos por dinero estaban destruyendo
a su comunidad. Agrega además que una causa particular de sospecha de Visión
Mundial era la presencia de fondos y alimentos proporcionados por la Agencia de
los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). “Se necesita poca
imaginación para preguntarse si los subsidios de USAID estaban siendo
utilizados para manipular. Al ser una agencia del Departamento de Estado, el
personal de USAID pertenecía al servicio exterior y, en algunas ocasiones y
lugares, contaba también con oficiales de la CIA” dice Stoll. Les invito a
revisar la hoja de vida del Julián Guamán que aparece en la web de la Asamblea
Constituyente donde aparecen sus vinculaciones con la ONG’ Visión Mundial
Stanley Mooneyham presidió varios
cambios importantes que mantenían a Visión Mundial junto a la vanguardia del
auxilio y desarrollo evangélicos. El primero fue la forma como el grupo gastaba
su dinero. Jugando con complejos de culpa en la clase media, el fundador de
Visión Mundial había adquirido renombre al ir al rescate de los niños
engendrados por soldados americanos en Corea y Vietnam. Bob Pierce fue uno de
los primeros en promover el auspicio de niños, la «adopción» de un niño de un
país del Tercer Mundo por un norteamericano, el cual prometía enviar diez o
veinte dólares mensuales a cambio de una foto del pequeño y de ocasionales
notas de agradecimiento. El esquema produjo donantes emocionalmente
comprometidos a largo plazo, y en 1985 Visión Mundial se encontraba ayudando de
esta manera a 360.000 niños alrededor del mundo.{43} La estable ganancia
financiera por el auspicio de niños era tan básica para la industria de auxilio
que, como lo ha señalado Alan Youngren, su principal carnada es todavía la foto
de un niño que necesita ser recogido.
Dos circunstancias impulsaron a
Visión Mundial y a algunas otras agencias de auspicio a experimentar con nuevos
métodos. [339] En primer lugar, a pesar de que el auspicio era una forma segura
de obtener dinero, la adopción financiera de niños individuales condujo a toda
clase de problemas. Si ésta se realizaba como un sistema de donaciones a largo
plazo, el dinero, alimento y/o vestido producía una mentalidad de
asistencialismo en los beneficiados, volvía celosos a sus vecinos, y levantaba
la sospecha de que extranjeros adinerados trataban de alienar a los niños de
sus comunidades. El último punto cobró mayor importancia a medida que el clima
político se volvía menos amigable hacia la filantropía norteamericana.
En segundo lugar, la cobertura de
los medios de comunicación sobre los refugiados en África y en el sureste de
Asia provocó un auge de entrega a las agencias de beneficencia (y luego provocó
una depresión cuando los medios de comunicación se interesaron en otros
asuntos, como lo hicieron en 1986 al abandonar a los refugiados por los
terroristas).{44} Desde 1978 hasta 1980, el ingreso estadounidense de Visión
Mundial llegó a 80 millones de dólares, es decir, más del doble la cifra
anterior. Incluso los conservadores evangélicos respondieron más a los llamados
humanitarios que a los llamados al mayor evangelismo. El ingreso de las
misiones tradicionales se estancó e incluso decayó con la inflación, hasta el
punto de que algunas iniciaban sus llamados para la próxima campaña evangélica
con la foto de un niño solitario o de la última catástrofe.
Las AGENCIAS de auxilio obtenían
tanto dinero que les faltaban buenas formas de gastarlo, en una época e
n que su personal absorbía
críticas profundas sobre paternalismo en la industria de auxilio y desarrollo.
Para evitar el producir cristianos de arroz, las agencias trataron de cambiar
su forma de auspicio, de la ayuda a niños individuales hacia el desarrollo
comunitario. Cuando Visión Mundial solicitó a los contribuyentes que adoptaran
una comunidad en lugar de un niño, esto no dio resultado.{45} Por consiguiente,
al igual que otras agencias, Visión Mundial continuó ofreciendo a los donantes
la oportunidad de «adoptar» un niño, con la justificativa de que enviaran más
dinero.{46}
El nuevo presidente de Visión
Mundial, Stanley Mooneyham, también presidió un cambio en la imagen política.
El fundador de la organización, Bob Pierce, había concebido su trabajo como un
baluarte [340] en contra de las hordas comunistas de Asia, debido a su
formación política en la guerra fría y su asociación con figuras como Chiang
Kai-shek y el presidente de Corea del Sur, Syngman Rhee. En Vietnam y en
Camboya, Visión Mundial era uno de los grupos fuertemente subsidiados por
USAID, lo que levantaba temores comprensibles sobre sus objetivos.{47} Sin
embargo, durante los años setenta, cuando se hizo obvio que una estrecha
identificación con los Estados Unidos no funcionaba bien en el Tercer Mundo,
Visión Mundial trató de colocarse encima del conflicto Oriente/Occidente.
Sostenía no tener ninguna ideología política, anunciaba su deseo de ayudar a
cualquier persona y trabajaba bajo regímenes comunistas como el del Coronel
Mengistú de Etiopía y el de Heng Samrin en Camboya. A pesar de que Visión
Mundial continuó aceptando donaciones –alimentos, fondos de emergencia y de
desarrollo– de USAID, el porcentaje de su ingreso proveniente de esta fuente
decayó significativamente.{48} Sostenía que para sus programas latinoamericanos
no aceptaba fondos del gobierno de los Estados Unidos.{49}
Aún los críticos aceptaban que
Visión Mundial había ayudado a concientizar a los norteamericanos sobre las
necesidades humanas del Tercer Mundo. De vez en cuando, se adelantaba a la
mayoría de la comunidad evangélica. Cuando los israelitas invadieron el Líbano
y atacaron los campos de refugiados palestinos en 1982, Visión Mundial fue una
de las pocas organizaciones evangélicas en hablar a sus miembros sobre las
consecuencias. Ante los ochocientos mil lectores de su revista, el presidente
de Visión Mundial presentó los 255 cuerpos y sus fluidos que se encontraron en
el sótano de una escuela, destruida por una bomba israelí. «Parece que David
está resuelto a convertirse en Goliat», escribió Stanley Mooneyham, discrepando
con el bloqueo de los auxilios por parte de Israel. «Tal vez algún jefe debería
releer esa historia bíblica.»{50}
Visión Mundial fue un colaborador
temprano de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y de su crítica a las
posiciones fundamentalistas. Después de la victoria sandinista en Nicaragua,
Visión Mundial canalizó su ayuda de reconstrucción a través de CEPAD.{51}
Después de que el Arzobispo Oscar Romero fue asesinado en El Salvador, Visión
Mundial volvió a imprimir sus opiniones y posteriormente exhortó a los
evangélicos a afrontar los retos presentados por la teología de la
liberación.{52} Y cuando Ríos Montt levantó esperanzas evangélicas para [341]
Guatemala, Visión Mundial proporcionó una de las pocas valoraciones realistas
en los medios de comunicación evangélicos. «Debido a que Montt y otros en su
gobierno tienen historias de haber estado intrincadamente involucrados en
ordenar asesinatos masivos de campesino», escribió Faith Sand, «la euforia se
calmó rápidamente, y eventos como la masacre en Saquiya Dos comenzaron una vez
más. Parece que Montt no tiene poder para detener al ejército devastador, o
está dando la espalda a los hechos.»{53}
Sin embargo, como lo demostró la
reacción frene al artículo sobre Guatemala, Visión Mundial no podía ir lejos.
Dos meses después, un administrador todavía se encontraba recogiendo quejas de
los hermanos ofendidos. Otro administrador predijo que Visión Mundial no
volvería a publicar una historia como aquella, sobre todo porque ofendió al
gobierno de Ríos Montt, el cual, la agencia esperaba, mejoraría la situación.{54}
En general, mientras que la literatura de Visión Mundial reconocía la base
estructural de la injusticia en una forma vaga, no vio razón en hacer más
difícil su trabajo antagonizando a las autoridades.
Como Jorge Lissner ha señalado,
las agencias de auxilio que desean maximizar las contribuciones financieras se
preocupan de mantenerse en el centro del espectro político.{55} Es una
explicación plausible para las vaguedades de Visión Mundial en relación a temas
controvertidos. Cuando se preguntaba a sus oficiales cuál era la posición de su
organización, lanzaban una serie de ecuaciones evasivas. Visión Mundial no
estaba en contra de la protesta, pero estaba en contra de la violencia. En
cuanto a la teología de la liberación, la liberación era crucial para América
Latina, y Visión Mundial no rechazaba ninguna posición teológica que tuviera a
Cristo como a su centro. Quería dar poder a las comunidades, proveyéndolas de
técnicas administrativas que éstas necesitaban para manejar sus propios
asuntos. Visión Mundial quería estar libre de la tiranía de las ideologías en
bancarrota, del capitalismo y del comunismo. Quería escoger una tercera opción,
aquella del Reino de Dios.{56}
A más de su actitud equívoca,
Visión Mundial tenía una reputación por malgastar el dinero y por obviar a
organizaciones establecidas. [342] De acuerdo a un análisis, el problema
consistía en la prioridad que Visión Mundial daba a la maximización del
ingreso. El objetivo de la operación se había convertido en obtener la mayor
cantidad posible de dinero para luego entregarla. En lugar de responder a las
necesidades de las organizaciones locales existentes, un método que llamaba a
una considerable cautela con los gastos, Visión Mundial entregaba dinero a
tantas comunidades como le fuera posible.
Más aún, al insistir en trabajar
directamente con las bases en lugar de a través de organizaciones
intermediarias, Visión Mundial establecía su propia burocracia. Nadie estaba
más disgustado sobre esto que los misioneros y líderes evangélicos quienes
había asimilado la retórica de Visión Mundial sobre su apoyo a la iglesia
local. En la práctica, sentían que se les dejó fuera del cuadro. «En realidad,
no trabajaron a través de la estructura existente», señaló un miembro de la
Alianza Cristiana y Misionera en Ecuador. «Tienden a provocar cortocircuitos en
las organizaciones existentes y a establecer su propio reino.»
Aún así, Visión Mundial mantenía
un perfil relativamente bajo y difícil de atacar, al confiar sus programas a
administradores no-norteamericanos. Sostenía que, de sus 1.100 empleados a
tiempo completo y de sus 8.000 a medio tiempo afuera de los Estados Unidos en
1981, únicamente noventa y uno eran «del Occidente».{57} Desgraciadamente, el
minimizar la administración extranjera podría generar una falta de supervisión.
Los programas podían alterarse según la trayectoria política de las estructuras
nacionales a través de las cuales estaban canalizados.
Visión mundial y sus enfoques
Enfoque asistencial
Corresponde al viejo paradigma de
lo social cuyos componentes son la caridad cristiana , la filantropía
individual, la beneficencia y el
voluntariado. El asistencialismo parte
de la premisa de la imposibilidad del cambio de la situación económica, social
y cultural de las personas, familias y comunidades. Estas son atendidas en calidad de
“beneficiarias”, de elegidas, para ser merecedoras del acceso y disfrute
privilegiado de programas, bienes y servicios.
El asistencialismo fomenta la dependencia entre el oferente y el
receptor. La dependencia impide el
crecimiento personal, el fortalecimiento de la autoestima, la búsqueda de la
autonomía individual y la autogestión comunitaria. Impide, mental, emocional y físicamente el
hacerse cargo, con responsabilidad y madurez del propio destino. Las prácticas asistenciales se han dado tanto
en las organizaciones públicas como las privadas donde aun persisten bajo el esquema
de la focalización y la atención a la población vulnerable.
Hay que diferenciar los conceptos
de asistencialismo y de asistencia. La
asistencia es un primer momento de atención, necesario e indispensable, para
preservar la vida y reparar los daños y las pérdidas materiales de las
comunidades que han sido víctimas de una agresión o de un desastre natural; se
asocia al concepto actual de atención humanitaria como el de suministrar
alimentos, albergue, ropa, frazadas y tratamientos médicos durante un corto
período de tiempo. El problema reside en que los afectados asumen la
posición de víctimas y damnificados recibiendo por ello ganancias secundaras,
las cuales se incrementan en la medida que se prolonga su situación.
El enfoque asistencial ha privilegiado
su atención a cubrir las necesidades
materiales de las familias pobres tales como la vivienda en comodato, la
repartición de mercados, los roperos, las becas y la consulta médica gratuita.
Enfoque de prestación de
servicios
En la medida en que Visión
Mundial fueron profesionalizando sus cuadros directivos y sus equipos técnicos,
las ciencias sociales, humanas y de la
salud sus metodologías de intervención y
las organizaciones del Estado sus exigencias de contratación, los componentes
del viejo paradigma de lo social perdieron su vigencia. Visión Mundial también fue incorporando
elementos que le mostraran como
entidades especializadas en la prestación de servicios a grupos
poblacionales específicos , para ello asumieron estructuras, lineamientos y prácticas empresariales tanto en la gestión
social como en la gerencial. El
beneficiario paso a ser cliente y con
ello cambio no solo la concepción del trabajo sino, además, el tipo de
relaciones. Las comunidades religiosas y el voluntariado fueron desplazados por
profesionales especializados vinculados con contratos laborales o de prestación
de servicios. La configuración de un
mercado de oferta y demanda de servicios sociales implicó nuevos procedimientos
y la aplicación de criterios de rentabilidad, cobertura, calidad, evaluación y
eficiencia. El modelo neoliberal halló
en la forma de organización de Visión Mundial especializada en prestación de
servicios el instrumento justo para la aplicación de sus políticas
sociales. La contratación, la formulación
de propuestas, y el fomento de la
competencia entre ellas por el acceso a los recursos públicos son otros resultados del modelo.
Efectos perversos ha tenido el
modelo neoliberal al incentivar la competencia por los escasos recursos
públicos para las familias de las entidades territoriales, entre las
universidades, las cajas de compensación y las ONG de prestación de servicios
como fue el papel que mantiene Visión Mundial en la actualidad. Las primeras acuden a ventajas comparativas
como la facultad de efectuar convenios interadministrativos. Esta situación ha forzado a que primen en las
organizaciones del tercer sector las relaciones de competencia sobre las de
colaboración y participación. La
búsqueda y obtención de contratos para prestar servicios a las familias se ha
convertido en una tabla de salvación para la sostenibilidad de estas
organizaciones. Las familias ya no son
solo el fin, el objeto social de intervención, sino el medio de aseguramiento
institucional. Igual análisis puede
extenderse para los programas de
niñez, discapacitados y adulto mayor.
Las ONG están llamadas, por tanto, a cumplir
una acción de fundamental importancia en ayudar a construir una sociedad civil
pluralista y sostenible, con recursos y proyectos que demuestren su apertura,
transparencia, integridad y autorregulación”
En Teoría Visión Mundial NO ES
PATERNALISTA, NI ASISTENCIALISTA, NI DOMESTICADORA, AL CONTRARIO, TIENE UN
DISCURSO CONTRA ESTAS PRACTICAS Y HASTA NIEGA ESTAS PRACTICAS COMO SU MODUS
OPERANTIS, pero en la práctica, es lo que continuamente hace, YA QUE
TEÓRICAMENTE, Y A MANERA DE PANTALLA DE HUMO, TIENEN LOS LLAMADOS INDICADORES
DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL SOSTENIBLE, pero nunca los aplican.
«América Latina es una región
católica, pero no hay una razón para creer que esto seguirá siendo así. En
algún momento podría convertirse en una región evangélica. Creo que si...
Guatemala se convierte en la primera nación predominantemente evangélica en
América Latina, tendrá un efecto de dominó.» –Analista en iglecrecimiento,
Ministerios de Cruzadas de Ultramar, 1984{1}
¿Está América Latina
convirtiéndose al protestantismo? Desde México hasta Argentina, las formas de
religión impuestas por la conquista española están atravesando por una reforma
de gran trascendencia. Hasta la fecha, la atención se ha centrado en el sector
radical de la reforma, conocido como la teología de la liberación. Debido a que
ésta es practicada principalmente por católicos romanos, con frecuencia se
asume que la reforma se discute, sobre todo, en el interior de la Iglesia
Católica. Esto puede ser verdad. A pesar de que la iglesia establecida ha
tenido en América Latina una historia a menudo opresiva, recientemente ella ha
demostrado una sorprendente capacidad de reforma. Una gran mayoría de
latinoamericanos todavía se identifican como católicos. La teología de la
liberación parece encarnar sus deseos de una vida mejor. En la revolución de
Nicaragua, en donde la teología de la liberación es tan marcada, las
referencias sobre la inminencia del Reino de Dios afloran con tanta frecuencia
que Conor Cruise O'Brien la ha llamado «una Ginebra potencial».{2}
Pero ¿qué sucede con las iglesias
que descienden de la antigua Ginebra, de Juan Calvino y de la Reforma en
Europa? ¿Qué hay de los protestantes evangélicos de América Latina? Debido a la
influencia de los misioneros norteamericanos, generalmente bastante
conservadores en [4] política, es más fácil observar cómo los evangélicos
latinoamericanos mantienen el statu quo que cómo lo cambian. En todo, excepto
en la religión, parecen estar dedicados menos a la protesta que a la
conformidad, y menos a ser autores de las revoluciones que productos de las
fracasadas. En América Latina, es fácil concluir que el papel que los
protestantes desempeñaron en la Reforma Europea ha pasado a los católicos
radicales.
Mientras la Iglesia Católica
cuenta sus mártires, sin embargo, los latinoamericanos están abandonándola en
una proporción acelerada. Un obispo en Brasil ha advertido que Latinoamérica se
está convirtiendo al Protestantismo más rápidamente que Europa Central en el
siglo dieciséis.{3} Un movimiento aparentemente insignificante antes de la
Segunda Guerra Mundial, incluye actualmente del 10 al 20 por ciento de la
población del Brasil, Chile y América Central. Se está multiplicando, así
también, en otras partes de América Latina.
A pesar de su éxito, los
evangélicos continúan siendo una anomalía en la interpretación que los
cientistas sociales hacemos de la vida religiosa latinoamericana. Ahora se
acepta por todas partes que la religión es no sólo el opio del pueblo sino una
esperanza por un mundo mejor, no sólo un impedimento para la protesta social,
sino una forma de la misma. No obstante, en América Latina, este discernimiento
se extiende rara vez a los evangélicos. Es fácil ver por qué. En una región
tradicionalmente católica, los evangélicos insisten en violar las costumbres
católicas. Ignorando las problemáticas estructurales planteadas por los
católicos, los evangélicos insisten en que la única revolución genuina en
América Latina será espiritual. A pesar de su aparente indiferencia frente a la
opresión, tienen éxito en atraer a millones de pobres de la Iglesia Católica,
«aunque esta última parece tener una conciencia social mucho más fuerte.»
También tienen mucho éxito en la organización de grupos locales vitales y
duraderos, en lugares en donde los marxistas han fracasado. Sus iglesias
florecen en medio de los sobrevivientes de movimientos radicales reprimidos, y
lo logran gracias al generoso apoyo de los Estados Unidos. Como resultado,
permanecen al margen de la mayor parte de las interpretaciones de la política
religiosa en América Latina, salvo cuando son objeto de una denuncia. [5]
La alarma acerca de los
evangélicos latinoamericanos no es nada nuevo. No obstante, ésta se ha
extendido en la década de 1980, especialmente a través de la Iglesia Católica y
de la izquierda. Numerosos latinoamericanos piensan que el dinero
norteamericano es el responsable de la multiplicación de las iglesias
evangélicas. Además, sospechan que el gobierno de los Estados Unidos está
utilizando a los evangélicos para fomentar sus propios intereses. Sus oponentes
afirman que únicamente esa clase de manipulación puede explicar cómo los
evangélicos son capaces de desbaratar los esfuerzos de la izquierda y de la
Iglesia Católica para organizar a los pobres. De acuerdo a esta lógica, en
lugar de un ejemplo de lucha popular, los movimientos evangélicos que
incorporan a millones de latinoamericanos se convierten en la negación de la
lucha, una conspiración diseñada para frustrarla.
Yo argumentaré que dichas
explicaciones no son apropiadas. Pero el temor que reflejan está bien
fundamentado, especialmente ahora que el gobierno de Reagan ha remilitarizado
la política de los Estados Unidos hacia América Latina. Irónicamente, muchos
evangélicos se sienten amenazados por el mismo giro de los eventos. Hacia el
fin de la Guerra de Vietnam, cuando los disidentes evangélicos comenzaron a
criticar el liderazgo de las misiones evangélicas, éste último puso cierta
distancia entre sí mismo y la política exterior de su país. Sin embargo, la
fuerza detrás del evangelismo global impulsaba, al mismo tiempo, a la derecha
religiosa y al Reaganismo. Poco después, los activistas políticos de la derecha
se unieron al esfuerzo misionero en América Latina, en donde combinaron un deseo
ardiente de ganar el mundo para Cristo con una visión de agrandar la hegemonía
norteamericana.
Estos dos desafíos muy diferentes
para la cristiandad evangélica, de los partidarios y oponentes de la expansión
norteamericana, han inspirado este trabajo. Para los lectores alarmados por el
crecimiento evangélico, quiero dar una explicación de su impredecible
trayectoria social. Para los evangélicos, deseo enfatizar el peligro de
permitir que sus misiones sean utilizadas por la derecha religiosa para apoyar
el militarismo estadounidense. A pesar de subrayar que el protestantismo
evangélico debe ser comprendido desde sus bases, como un movimiento popular,
quiero enfatizar el peligro que correría de ser manipulado por el gobierno
estadounidense. [6]
El centrarse en la política
religiosa puede crear la impresión de que las iglesias son un mero juguete para
las fuerzas políticas. Ciertamente, cualquier demanda espiritual puede ser
interpretada en términos de funciones como la legitimación, la compensación o
la protesta.{4} Sin embargo, las iglesias no representan intereses políticos de
una forma monolítica e invariable; más bien, con frecuencia sirven de arena
para las fuerzas competitivas. En cuanto a la experiencia religiosa, ésta tiene
una dinámica propia, la cual puede modelar las lealtades políticas pero también
puede ser modelada por éstas.{*} Si los compromisos religiosos se descartan
como simples reflejos de intereses políticos, no podremos reconocer las nuevas
y creativas respuestas que éstos producen.
Hago estas observaciones para
subrayar un punto específico. Al igual que la religión no debería ser reducida
a un campo de juego de las fuerzas políticas contendientes, el protestantismo
evangélico no debería ser reducido a un instrumento político para los intereses
dominantes. Esto es importante porque, bajo la influencia del pensamiento
católico y marxista, muchos observadores han llegado a asumir que la religión
evangélica tiene implicaciones políticas fácilmente predecibles. A lo largo de
lo que sigue, deseo proporcionar un cuadro diferente del protestantismo
latinoamericano, como generador del cambio social cuya dirección no está
predestinada.
Teniendo esto presente, el primer
capítulo trata sobre las dimensiones del crecimiento evangélico y de las reacciones
hacia éste. Yo objeto que las polémicas contra la «invasión de las sectas» han
tendido a oscurecer un hecho de gran trascendencia, la aparición, entre los
evangélicos, de debates sobre cómo responder a la crisis social y económica,
[7] la cual impulsa a tantos latinoamericanos a ingresar a sus congregaciones.
Los comentaristas católicos
tienden a atribuir los logros evangélicos a agentes externos, especialmente a
los evangelistas y al dinero norteamericano. Pero culpar a los Estados Unidos
por el crecimiento evangélico sugiere una profunda desconfianza en el buen
juicio de los pobres, una renuencia a aceptar la posibilidad de que éstos
puedan hacer trabajar a una religión importada para sus propios intereses. En
este sentido, algunos observadores católicos resaltan las debilidades de su
propia iglesia como factores de importancia para el avance del protestantismo.
Siguiendo la misma línea de
pensamiento, el segundo capítulo explora cómo el crecimiento evangélico ha sido
impulsado por el clericalismo católico. Yo afirmo que, debido al carácter
centralizado de la autoridad católica, los miembros disidentes tienden a
abandonar el sistema. Los disidentes evangélicos, por el contrario, siempre
pueden unirse a otra congregación y seguir siendo evangélicos. En una época en
la que se está acabando con un orden social paternalista, dando más importancia
a la iniciativa individual, no es difícil ver cuál sistema resultará
favorecido. El segundo capítulo sugiere que lo que ha llevado a América Latina
hacia el protestantismo evangélico es la incapacidad de la Iglesia Católica
para descentralizar su sistema de autoridad.
El tercer capítulo se vuelve
hacia los Estados Unidos y su apoyo a las misiones protestantes. Para evitar la
generalización sobre los evangélicos, los he diferenciado en términos de
organización, teología y política. Luego, el capítulo se centra en la derecha
religiosa y en un cambio ominoso en los fundamentos teológicos del trabajo
misionero. En contraste con la antigua advertencia fundamentalista de que el
fin está cerca, la derecha religiosa ha prometido «tomar el poder» sobre la
tierra, en una visión teocrática que revive la confusión entre la misión
cristiana y el imperio norteamericano.
A pesar de la reaparición de
ecuaciones entre Dios y los Estados Unidos, algunos evangélicos han criticado
la forma de operación de sus misiones. Acusan a las «multinacionales
misioneras» norteamericanas de perseguir sus propias objetivos a costa de las
iglesias tercermundistas. [8] El cuarto capítulo profundiza en el resultante
debate interno. Sin embargo, nadie puede negar que el protestantismo ya no es
una injerto cultural norteamericano como una vez lo fue. Con pocas excepciones,
las iglesias evangélicas de América Latina están siendo dirigidas, actualmente,
por latinoamericanos.
Esa transformación es el tema del
quinto capítulo, sobre el despertar evangélico en la región.
Desafortunadamente, a medida que las iglesias protestantes se convierten más en
latinoamericanas, muchas de ellas se han vuelto más autoritarias y místicas,
con líderes que permanecen bajo el hechizo de mentores norteamericanos
reaccionarios. Mientras tanto, la mayoría de los evangélicos latinoamericanos
continúan viviendo en la pobreza. Mientras que los primeros neófitos tuvieron
la posibilidad de mejorar su posición social dentro de una sola generación,
estos cristianos se enfrentan a crecientes privaciones de austeridad en
economías arruinadas. Las dos fuerzas contrarias, la derecha religiosa
norteamericana y la crisis económica de América Latina, estimulan una
polarización sin precedentes entre los evangélicos.
El sexto capítulo está dedicado a
este conflicto, entre los evangélicos que consideran a sus iglesias como una
fortaleza poderosa contra la subversión, y aquellos que desean incorporar la
dimensión social de la Biblia a la salvación predicada por sus iglesias. Al
lanzar una reforma dentro de la reforma, el último grupo, teológica pero no
políticamente conservador, podría demostrar el camino hacia un encuentro
crucial, que es difícil de visualizar en la actualidad, pero que puede cambiar
a los antagonistas casi más allá del reconocimiento. Me refiero a un encuentro
entre las iglesias de mayor éxito en América Latina y sus teólogos más
innovadores, entre el protestantismo evangélico y la teología de la liberación.
Este trabajo no puede predecir el
resultado de debates entre las distintas concepciones sobre el Reino de Dios.
Tampoco anuncia la conquista protestante de América Latina. Por el momento, lo
único que está claro es que el protestantismo evangélico necesita ser pesado en
la misma balanza que las diversas tendencias de la Iglesia Católica, y no solo
como un fenómeno secundario. Quedan sin respuesta, por el momento, preguntas
como qué rumbo tomará la reforma latinoamericana y [9] qué tendencia
predominará. No obstante, espero dar el primer paso para contestarlas, al
plantear la posibilidad de que la teología de la liberación haya sido
sobrevalorada como la vanguardia de la reforma religiosa en América Latina.
Para sugerir por qué, tres estudios de caso presentan una visión más profunda
sobre el antagonismo existente entre la teología de la liberación y el
protestantismo evangélico.
El Capítulo 7 trata del gobierno
(1982-1983) de un militar evangélico en Guatemala. El General Efraín Ríos
Montt, al enfrentarse a un movimiento revolucionario apoyado por un sector de
la Iglesia Católica, emprendió una devastadora contrainsurgencia con la Biblia
en la mano. Desde entonces, en ciertas zonas del altiplano guatemalteco, las
iglesias evangélicas parecen haberse convertido en la religión dominante.{**}
El segundo caso, en el Capítulo
8, revisa el conflicto entre la teología de la liberación y el protestantismo
conservador en la Nicaragua sandinista. Los evangélicos nicaragüenses han
pagado un alto precio en la guerra sandinista-contra, atrapados entre su
gobierno revolucionario y el gobierno norteamericano, el cual utilizó a la
religión para emprender la contrarrevolución. Aun si los sandinistas permanecen
en el poder, las penalidades por las que se atraviesa al defender a la
revolución hacen pensar que los conservadores que se oponen a los sandinistas
pueden tener un futuro más brillante que los evangélicos que se identifican
estrechamente con ellos.
El tercer estudio de caso,
Capítulo 9, examina las controversias sobre Visión Mundial, la más grande de las
agencias evangélicas de desarrollo. A medida que los evangélicos despliegan un
mayor interés por la problemática social, los activistas católicos en el
Ecuador consideran que los bien financiados programas de Visión Mundial
intentan contrarrestar sus esfuerzos para organizar a la población indígena. A
juzgar por el impacto de Visión Mundial sobre una diócesis católica, conocida
por su activismo social, un presupuesto generoso impresiona más a los pobres
que un programa de concientización. [10]
Estas son apreciaciones
pesimistas sobre la teología de la liberación, tal vez demasiado. No obstante,
muchos indicios sugieren que los líderes evangélicos están siendo forzados a
tratar con algunos de los temas planteados por su gran rival ideológico, temas
que hasta recientemente podían ignorar. El problema básico que enfrentan es el
siguiente: ahora que los latinoamericanos pobres se dirigen hacia las iglesias
evangélicas para encontrar ayuda en su lucha por la supervivencia, ¿qué harán
los neófitos si sus ingresos continúan deteriorándose? A medida que las
iglesias incorporan a más y más pobres, pueden ser forzadas a tratar con la
crisis económica y social que motiva su crecimiento. Este es el desafío que
convierte al protestantismo de América Latina en un movimiento sin una
dirección política determinada. Por consiguiente, en el capítulo final presento
una última consideración acerca de la competencia entre el protestantismo
evangélico y la teología de la liberación, y de los prospectos, todavía
confusos, sobre una reforma social basada en el protestantismo.
Este es un plan tan ambicioso que
debo confesar cómo se originó: frente a un aparato de televisión. Corría el año
de 1984: un héroe de la derecha religiosa criticaba a una misión evangélica por
no haberse unido a la guerra de los reaganistas contra los sandinistas.
Irónicamente, mientras pocos latinoamericanos conocían de la ayuda que el
televangelista Pat Robertson proporcionaba a los contras, muchos más
sospechaban que la agencia a la que él atacaba –Visión Mundial– era un frente
de la CIA. Se me ocurrió que importantes cambios en el protestantismo
latinoamericano, como la llegada de la derecha religiosa y la resistencia a
ésta por parte de otros evangélicos, no recibían la atención que merecían en
los círculos intelectuales. Recibíamos únicamente versiones parciales,
generalmente en forma de polémicas. Con tantas representaciones conflictivas,
decidí compararlas entre sí, con la esperanza de llegar a alguna clase de
aclaración.
Tres años antes, había completado
un ejercicio similar sobre el tema de los Traductores Wycliffe de la Biblia,
una misión con base en los Estados Unidos, que aparece de vez en cuando en las
páginas que siguen. Durante las visitas que realicé a Guatemala, Nicaragua y
Ecuador, desde 1982 a 1984, supe de varias controversias –sobre un dictador
evangélico acusado de genocidio, un gobierno revolucionario acusado [11] de
perseguir cristianos, y una agencia evangélica de ayuda acusada de
imperialismo– las cuales se convirtieron en los estudios de caso. Después de
tomar la decisión de utilizar los tres para un mayor estudio sobre los avances
evangélicos, en mayo de 1985 hice un recorrido de cuatro meses por Ecuador,
Perú, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y México, para entrevistar a los líderes
evangélicos sobre los cada más visibles conflictos en sus iglesias. Lo que
sigue está basado en dichas entrevistas, en mi experiencia previa con el
escenario misionero, y en una gama de literatura que va desde lo sagrado hasta
lo profano.
Se debe tener presente que lo que
sigue no proporciona una cobertura enciclopédica sobre el enorme número de
organismos evangélicos. A pesar de que he tratado de incluir a los más
conocidos y discutidos, los lectores pueden encontrar que faltan algunos grupos
de interés particular.{5} El libro tampoco concede un espacio igual a las
varias regiones de América Latina. Los tres estudios de caso no fueron
escogidos porque los países en los que ocurren –Guatemala, Nicaragua y Ecuador–
tengan más evangélicos o porque sean los más representativos. Son el resultado
de la atracción que siente el autor hacia los escándalos religiosos que ponen
de relieve cierta clase de conflicto. Por consiguiente, debido a mi
oportunismo, América Central recibe más atención que América del Sur. No obstante,
en el estudio se incluyen las gigantescas iglesias pentecostales de Brasil y
Chile, así como también un ejemplo de la competencia católico-protestante en el
sector menos evangélico del continente, los Andes. Espero que los casos
repercutan más allá de sus fronteras, para decir algo sobre los prospectos del
protestantismo en toda América Latina.
Una última omisión surge de la
imposibilidad de agradecer a todos aquellos que me ayudaron. Tú sabes quién
eres: pronto sabrás si lamentas haber venido en mi ayuda. Pero deseo agradecer
a Brian O'Connell, Greg Starrett, Mary Crain, Lynel Horn, Barry Lyons, Viola
Larson, John Stam, Dennis Smith, Thomas Scheetz, Robert Carmack, Sharon
Philipps, Kamala Visweswaran, Andrés Fajardo, y Charlie Hale por sus comentarios
sobre partes de este manuscrito. En este aspecto, David Scotchmer, Santiago
Tribout y Gonzalo Hallo pusieron especial esmero. También fueron de mucha ayuda
los lectores de varias imprentas universitarias, incluyendo a Simon Collier,
Richard N. Adams, [12] Kent R. Hill y a dos lectores anónimos de la Universidad
de California. Ninguno de ellos es responsable de lo que sigue, pues no siempre
seguí su consejo.
Desafortunadamente, la situación
política hace que sea conveniente proteger la identidad de la mayoría de
latinoamericanos que me ayudaron. Por ello, no atribuyo fuentes en las notas,
especialmente en los capítulos sobre Guatemala y Nicaragua. Pero deseo expresar
mi gratitud especial a estas personas, católicas y protestantes, líderes y
disidentes, de la izquierda y de la derecha. Algunos de ellos consintieron en
ser entrevistados a pesar de correr cierto riesgo al hacerlo. Aunque sin duda
existirán desacuerdos con las posiciones adoptadas en este trabajo, se lo
dedico a ellos y a su lucha por amarse los unos a los otros.
Visión mundial no es otra cosa
que un lobo vestido de oveja. Que instrumentaliza a las mismas comunidades
indígenas, que hace crecer su INDUSTRIA Y EMPRESA DEL AUXILIO con 4 brazos
fundamentales, el asistencialismo, el paternalismo y la domesticación y la
donación de propios o extraños, ellos como hemos dicho rechazan tales aseveraciones y las tildan de
acusaciones sin fundamento. LA Base de su negocio es la Pobreza y el
subdesarrollo.
Pero hemos demostrado hasta la
saciedad y podemos seguir demostrándolos si hacemos un seguimiento directo y no
nos dejamos llevar por los ENGAÑOS FOTOGRÁFICOS, sino a través de verdaderas
evaluaciones que lleve el Estado y mida con indicadores reales, y cuanto impacto ha hecho los proyectos de
visión mundial o si tienen impactos mas bien adversos.
Visión Mundial Usa a las
comunidades indígenas como tercializadoras de empleo, esto se debe a que esta
ONG apoya técnica y financiera a una organización indígena que muchas veces se
ha creado en torno a los ofrecimientos de Visión Mundial y solo para este fin,
y que muchas veces no tienen ni fuerza política sino únicamente están
organizados para recibir los regalos de Visión Mundial.
Esa organizaciones campesinas
contratan personal pero no son ellos los que les pagan, quien paga es Visión
mundial, Visión Mundial muy poco contrata directamente, esto se debe a que
quiere evadir seguro social, o estabilidad laboral o juicios de trabajo.
Para evitarse esto contratan a la
gente por medio de la organización campesina para evitar conflictos principales
laborales. Hasta antes de este gobierno Visión Mundial explotaba vilmente a sus
trabajadores haciéndoles trabajar hasta 10 horas diarias sin reconocimiento de
horas extras, y sin seguro social y de accidentes.
En la actualidad les pagan seguro
social a algunos, pero no les reconocen las horas extras que llegan a ser hasta
de 16 horas seguidas una jornada laboral. Y se mantiene la tercerización
laboral evitando contratar directamente a todos sus empleados y contratándoles
a través de las llamadas Juntas campesinas que representan a las organizaciones
campesinas. Es que claro y si el trabajador quiere hacer un juicio laboral lo
hace contra la junta, la junta no dispone de dinero, entonces se declara
insolvente y Visión Mundial ha ganado nuevamente con la EXPLOTACIÓN LABORAL
ESTE TIPO DE ONG, APOYADA POR LA
USAID POR LA CIA DEBE SER EXPULSADA DEL PAÍS Y NO VOLVER UNA LACRA TAN GRANDE
QUE HA HECHO MUCHO DAÑO A NUESTRA GENTE, AHORA QUE QUEREMOS TRABAJAR CON LA
GENTE, LA GENTE PRIMERO NOS PIDE COSAS, REFRIGERIOS, COMIDA, Y SINO NO QUIEREN
TRABAJAR, EN BOCA DE LA GENTE DICE: VISIÓN MUNDIAL SI NOS PAGA USTEDES QUE NOS
VAN A DAR?
Notas
{*} Scott Mainwaring ha afirmado
de la Iglesia Católica en Brasil: «No existen intereses objetivos que una
iglesia esté obligada a perseguir. Dentro de la Iglesia existen muchos puntos
de vista conflictivos sobre los verdaderos intereses de la institución y sobre
cómo perseguirlos... El cambio dentro de la Iglesia resulta de los conflictos
entre grupos con diferentes concepciones de fe, no de los intentos de la
institución por proteger los intereses sobre los que las distintas facciones
han acordado. En la Iglesia brasileña, el debate crucial no es sobre cómo
promover los intereses de la Iglesia, sino más bien sobre cuál debe ser su
misión... La religión puede ser una fuerza poderosa para la determinación de
una orientación política, con frecuencia mucho más poderosa que la clase social
(Mainwaring 1986: 5, 7, 12).
{**} Una versión abreviada del
Capítulo 7 aparece en Harvest of Violence: The Maya Indians and the Guatemalan
Crisis, ed. Robert M. Carmack (Norman: University of Oklahoma Press, 1988).
{1} James Montgomery, citado en
«DAWN is About to Break on Guatemala», Global Church Growth (Milpitas,
California: O.C. Ministries), marzo-abril 1984, p. 351.
{2} Conor Cruise O'Brien, «God
and Man in Nicaragua», Atlantic Monthly, agosto de 1986, p. 56.
{3} Monseñor Boaventura
Kloppenburg en la conferencia episcopal de 1984 en Bogotá, citado por Thomas
Stahel, «The Sects in Paraguay», America, 27 de septiembre de 1986, pp.
139-141.
{4} Bastian 1986: 16.
{5} Para encontrar información
acerca de una organización, se debe comenzar con Barrett 1982, Wilson y Siewert
1986, Johnstone 1986, para América Central y el Caribe, véase Holland 1981 o
Resource Center 1988ab 1988b 1988c. La mayoría de los grupos están ansiosos de
colocar a contribuyentes potenciales en su agenda de direcciones. En América
Latina, evangélicos en el instituto bíblico o seminario más cercano sabrán si
se ha publicado un directorio de iglesias nacionales, y a menudo están
dispuestos a explicar los antecedentes de un predicador evangelista visitante.
{39} Tucker 1983: 470.
{40} Ted W. Engstrom, «The Year
the World Cared», World Vision (Monrovia, California), febrero-marzo de 1986,
págs. 14-15.
{41} Visión Mundial, 1984 Annual
Report, págs. 6-12.
{42} Geoff Renner, director
regional, «Visión Mundial y la Misión Integral de la Iglesia en América
Latina», noviembre de 1983, pág. 5.
{43} Visión Mundial, 1985 Annual
Report, pág. 10. Algunas de las agencias más grandes no eran evangélicas,
incluyendo a Christian Children's Fund, Foster Parents Plan, y Save the Children.
{44} Randy Frame, «Relief
Agencies Confront A Major Crisis of Their Own», Christianity Today, 19 de
septiembre de 1986, págs. 36-37.
{45} Aunque el adoptar a una
comunidad pudo haber tenido un mejor resultado en los Estados Unidos que en los
otros países que contribuían a Visión Mundial. De acuerdo al 1984 Annual Report
(págs. 1-2), los donantes en los Estados unidos proporcionaron las dos terceras
partes de los 187 millones de dólares que Visión Mundial tuvo como ingreso ese
año, pero patrocinaron únicamente el cuarenta y seis por ciento de los niños.
{46} Youngren 1982: 38-40.
{47} Michael Lee, «World Vision,
Go Home!» Christian Century, 16 de mayo de 1979 (págs. 542-544); 4 de julio de
1979 (págs. 707-708) y 1º de agosto de 1979 (pág. 772). Steve Askin,
«Hostility, Conflict Engulf World Vision», National Catholic Reporter, 23 de
abril de 1982, págs. 9 y ss.
{48} Askin, «Hostility». De
acuerdo al 1984 Annual Report de Visión Mundial (págs. 1, 12), el 68,9% de su
ingreso norteamericano de $127,4 millones de dólares en ese año provenía de
individuos y familias, el 4,2% de iglesias, el 19,5% de donaciones
(aparentemente del gobierno norteamericano, principalmente para Polonia), el
4,5% de corporaciones y fundaciones, y el 2,9% de donaciones planificadas e
inversiones.
{49} World Vision International
1981: 20.
{50} «Press-time Report: Inside
Lebanon», World Vision, agosto de 1982, págs. 12-13, 18. W. Stanley Mooneyham,
«Shattered Buildings, Broken Lives», World Vision, septiembre de 1982, págs.
3-11.
{51} Lee Huhn, «Dateline
Nicaragua», World Vision, octubre de 1979, págs. 18-19.
{52} Oscar A. Romero, «Taking
Risks for the Poor», World Vision, junio de 1982, págs. 6-7. El ejemplar de
abril-junio de 1985 del periódico Together, de Visión Mundial, se concentró en
la teología de la liberación.
{53} Faith Sand, «An
Unpredictable Volcano», World Vision, octubre de 1982, págs. 2-7, 10-11.
{54} Entrevistas del autor,
octubre de 1982 a febrero de 1983.
{55} Lissner 1977.
{56} Geoff Renner, «Visión
Mundial y la misión integral de la Iglesia», págs. 7-9.
{57} Respuesta de 28 de agosto de
1981 de James Jewell, Visión Mundial-Monrovia, a Frank Viviano, Pacific News
Service.
NO MÁS VISIÓN MUNDIAL......FUERA
DEL ECUADOR....FUERA DE NUESTRAS COMUNIDADES