sábado, 6 de agosto de 2011

VISIÓN MUNDIAL UNA ONG AMBIGUA

VISIÓN MUNDIAL, LA USAID Y LA CIA SE AMAN






Reseña histórica de Visión Mundial Internacional

Bob Pierce, un reverendo estadounidense, fue el fundador de Visión Mundial. Su afirmación: “Qué mi corazón se quebrante con las cosas que quebrantan el corazón de Dios” es una fuente de inspiración para toda la organización.

En 1947, conoció en China a una niña abandonada llamada White Jade. Pierce entregó a Tena Hoelkedoer, una maestra local, sus últimos cinco dólares y acordó enviarle la misma cantidad cada mes para que se encargue de cuidar a la pequeña.

Profundamente conmovido, en 1950 fundó Visión Mundial, con el propósito de asistir a niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Tres años después, implementó un sistema de patrocinio para atender las necesidades de cientos de miles de niños coreanos que quedaron huérfanos a causa de la guerra.
En esos primeros años, Visión Mundial se enfocó en encontrar patrocinadores para asistir a niños y niñas en situaciones de emergencia. Luego, la organización entendió que invertir en el desarrollo comunitario es la clave para una mejoría sostenible de las condiciones de vida de las personas. Hoy en día, Visión Mundial está presente en al rededor de 100 países.


En Ecuador
En Ecuador esta fundación y/u organización tiene proyectos desde 78, lleva 30 años y su impacto social no se ha sentido.

Apoyado por la derecha política de Canadá y mas preferente  de  Estados Unidos esta fundación ha sido apoyada por el llamado sistema de patrocinio y por donaciones de diferentes países que son denominados países miembros de la Confraternidad.

La llegada al Ecuador coincidió o “hicieron coincidir” con la Alianza para el progreso iniciada y fomentada por JF Kennedy para América Latina y tomado con ahínco por el Presidente Reagan y  por las sugerencias de las familias más ricas incluida aquí los Rockefeller de Estados Unidos para dividir religiosamente a América Latina.

Muchas organizaciones religiosas disfrazadas de ONGs arribaron al Ecuador en la Década de los 70 una de ellas el Instituto Lingüístico de Verano brazo derecho de la CIA en Ecuador y Visión Mundial Brazo izquierdo de Las familias más ricas e influyentes de Estados Unidos.



De ésta manera empezó la nueva colonización y domesticación de nuestros hermanos Quichuas, Shuar y Achuar, a quienes les vistieron,porque andar desnudos era pecado, y rompieron y avasallaron con su cultura, ahora vestían camisetas con propagandas de coca cola o de Shell.

Una razón por la que Visión Mundial invitaba a la sospecha en América Latina era que la organización era un producto de la Guerra Fría. Su fundador, Bob Pierce (1914-1978), había sido uno de los evangelistas de Juventud Para Cristo que condujo al avivamiento en los Estados Unidos a finales de la Segunda Guerra Mundial, y que luego vertió las energías resultantes hacia el evangelismo mundial. Sus primeras campañas se realizaron en China, en donde Juventud Para Cristo esperaba que el cristianismo evangélico fortaleciera la resistencia al avance comunista. Después de que cayó el régimen Kuomintang, Pierce dirigió campañas en Corea del Sur justo antes de que estallara la guerra en 1950. A medida que la marea roja avanzaba, regresó a los Estados Unidos con una película mostrando la condición de los refugiados y solicitó dinero para ayudarlos.

Pierce era un hombre dominante, un empresario de fe, que frecuentemente chocaba con su directorio sobre la forma de utilizar el dinero.{39} Cuando renunció en un arranque de ira en 1967, fue reemplazado por el calmado y organizacional Stanley Mooneyham, ex-secretario de prensa para Billy Graham y organizador del primer congreso mundial de evangelización financiado por Graham. Bajo Mooneyham (1969-1982), Visión Mundial se convirtió en la eficiente multinacional de la actualidad, con un ingreso de 232 millones de dólares en 1985.{40} Visión Mundial iba directo hacia cualquier lugar en donde golpeara el desastre. En 1984, estaba financiando cien operaciones de auxilio, dos mil quinientos proyectos de asistencia a niños y a la familia, seiscientos programas de desarrollo para la comunidad, y unas ciento cincuenta campañas de evangelismo en setenta y siete países.{41} [338]

LA USAID  Y VISIÓN MUNDIAL
Visión Mundial se desarrolló con una base financiera más amplia que la usual para una organización evangélica. Desde el inicio, la combinación de evangelismo con el enfoque social de su fundador alienó a la clase de fundamentalista cuyos dogmas constreñían tantos programas. Otra influencia fue el apoyo financiero por parte de USAID, la misma que prohibía el uso de fondos oficiales para el proselitismo. Debido a que Visión Mundial no debía condicionar la asistencia provista por el gobierno con criterios religiosos, se acostumbró a presentarse como una agencia no sectaria, humanitaria, como otros grupos religiosos en la misma línea de trabajo. Finalmente, cuando Visión Mundial cambió sus películas documentales como su principal forma de reunir fondos por la televisión, su alcance se amplió desde los sótanos de las iglesias hacia los hogares, en donde adquirió un mayor número de donantes. A pesar que el directorio de Visión Mundial era evangélico, un porcentaje significativo de contribuyentes no lo era. En Australia y Nueva Zelandia, el 20 por ciento eran católicos, y otro 20 por ciento no tenía afiliación religiosa; en Europa, únicamente el 5 por ciento eran evangélicos.{42}

El periodista David Stoll, en el libro ¿América Latina se vuelve protestante? denuncia que pocos años después de la llegada de Visión Mundial al Ecuador, a finales de los años setenta, fue acusada de provocar o empeorar conflictos en más de una docena de comunidades indígenas. Indicios de lo mismo parecían estar surgiendo en muchos otros lugares. El lado bueno de Visión Mundial, era que entregaba dinero a la gente pobre. El lado malo era que los enfrentamientos por dinero estaban destruyendo a su comunidad. Agrega además que una causa particular de sospecha de Visión Mundial era la presencia de fondos y alimentos proporcionados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). “Se necesita poca imaginación para preguntarse si los subsidios de USAID estaban siendo utilizados para manipular. Al ser una agencia del Departamento de Estado, el personal de USAID pertenecía al servicio exterior y, en algunas ocasiones y lugares, contaba también con oficiales de la CIA” dice Stoll. Les invito a revisar la hoja de vida del Julián Guamán que aparece en la web de la Asamblea Constituyente donde aparecen sus vinculaciones con la ONG’ Visión Mundial

Stanley Mooneyham presidió varios cambios importantes que mantenían a Visión Mundial junto a la vanguardia del auxilio y desarrollo evangélicos. El primero fue la forma como el grupo gastaba su dinero. Jugando con complejos de culpa en la clase media, el fundador de Visión Mundial había adquirido renombre al ir al rescate de los niños engendrados por soldados americanos en Corea y Vietnam. Bob Pierce fue uno de los primeros en promover el auspicio de niños, la «adopción» de un niño de un país del Tercer Mundo por un norteamericano, el cual prometía enviar diez o veinte dólares mensuales a cambio de una foto del pequeño y de ocasionales notas de agradecimiento. El esquema produjo donantes emocionalmente comprometidos a largo plazo, y en 1985 Visión Mundial se encontraba ayudando de esta manera a 360.000 niños alrededor del mundo.{43} La estable ganancia financiera por el auspicio de niños era tan básica para la industria de auxilio que, como lo ha señalado Alan Youngren, su principal carnada es todavía la foto de un niño que necesita ser recogido.

Dos circunstancias impulsaron a Visión Mundial y a algunas otras agencias de auspicio a experimentar con nuevos métodos. [339] En primer lugar, a pesar de que el auspicio era una forma segura de obtener dinero, la adopción financiera de niños individuales condujo a toda clase de problemas. Si ésta se realizaba como un sistema de donaciones a largo plazo, el dinero, alimento y/o vestido producía una mentalidad de asistencialismo en los beneficiados, volvía celosos a sus vecinos, y levantaba la sospecha de que extranjeros adinerados trataban de alienar a los niños de sus comunidades. El último punto cobró mayor importancia a medida que el clima político se volvía menos amigable hacia la filantropía norteamericana.

En segundo lugar, la cobertura de los medios de comunicación sobre los refugiados en África y en el sureste de Asia provocó un auge de entrega a las agencias de beneficencia (y luego provocó una depresión cuando los medios de comunicación se interesaron en otros asuntos, como lo hicieron en 1986 al abandonar a los refugiados por los terroristas).{44} Desde 1978 hasta 1980, el ingreso estadounidense de Visión Mundial llegó a 80 millones de dólares, es decir, más del doble la cifra anterior. Incluso los conservadores evangélicos respondieron más a los llamados humanitarios que a los llamados al mayor evangelismo. El ingreso de las misiones tradicionales se estancó e incluso decayó con la inflación, hasta el punto de que algunas iniciaban sus llamados para la próxima campaña evangélica con la foto de un niño solitario o de la última catástrofe.
Las AGENCIAS de auxilio obtenían tanto dinero que les faltaban buenas formas de gastarlo, en una época e
n que su personal absorbía críticas profundas sobre paternalismo en la industria de auxilio y desarrollo. Para evitar el producir cristianos de arroz, las agencias trataron de cambiar su forma de auspicio, de la ayuda a niños individuales hacia el desarrollo comunitario. Cuando Visión Mundial solicitó a los contribuyentes que adoptaran una comunidad en lugar de un niño, esto no dio resultado.{45} Por consiguiente, al igual que otras agencias, Visión Mundial continuó ofreciendo a los donantes la oportunidad de «adoptar» un niño, con la justificativa de que enviaran más dinero.{46}

El nuevo presidente de Visión Mundial, Stanley Mooneyham, también presidió un cambio en la imagen política. El fundador de la organización, Bob Pierce, había concebido su trabajo como un baluarte [340] en contra de las hordas comunistas de Asia, debido a su formación política en la guerra fría y su asociación con figuras como Chiang Kai-shek y el presidente de Corea del Sur, Syngman Rhee. En Vietnam y en Camboya, Visión Mundial era uno de los grupos fuertemente subsidiados por USAID, lo que levantaba temores comprensibles sobre sus objetivos.{47} Sin embargo, durante los años setenta, cuando se hizo obvio que una estrecha identificación con los Estados Unidos no funcionaba bien en el Tercer Mundo, Visión Mundial trató de colocarse encima del conflicto Oriente/Occidente. Sostenía no tener ninguna ideología política, anunciaba su deseo de ayudar a cualquier persona y trabajaba bajo regímenes comunistas como el del Coronel Mengistú de Etiopía y el de Heng Samrin en Camboya. A pesar de que Visión Mundial continuó aceptando donaciones –alimentos, fondos de emergencia y de desarrollo– de USAID, el porcentaje de su ingreso proveniente de esta fuente decayó significativamente.{48} Sostenía que para sus programas latinoamericanos no aceptaba fondos del gobierno de los Estados Unidos.{49}

Aún los críticos aceptaban que Visión Mundial había ayudado a concientizar a los norteamericanos sobre las necesidades humanas del Tercer Mundo. De vez en cuando, se adelantaba a la mayoría de la comunidad evangélica. Cuando los israelitas invadieron el Líbano y atacaron los campos de refugiados palestinos en 1982, Visión Mundial fue una de las pocas organizaciones evangélicas en hablar a sus miembros sobre las consecuencias. Ante los ochocientos mil lectores de su revista, el presidente de Visión Mundial presentó los 255 cuerpos y sus fluidos que se encontraron en el sótano de una escuela, destruida por una bomba israelí. «Parece que David está resuelto a convertirse en Goliat», escribió Stanley Mooneyham, discrepando con el bloqueo de los auxilios por parte de Israel. «Tal vez algún jefe debería releer esa historia bíblica.»{50}

Visión Mundial fue un colaborador temprano de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y de su crítica a las posiciones fundamentalistas. Después de la victoria sandinista en Nicaragua, Visión Mundial canalizó su ayuda de reconstrucción a través de CEPAD.{51} Después de que el Arzobispo Oscar Romero fue asesinado en El Salvador, Visión Mundial volvió a imprimir sus opiniones y posteriormente exhortó a los evangélicos a afrontar los retos presentados por la teología de la liberación.{52} Y cuando Ríos Montt levantó esperanzas evangélicas para [341] Guatemala, Visión Mundial proporcionó una de las pocas valoraciones realistas en los medios de comunicación evangélicos. «Debido a que Montt y otros en su gobierno tienen historias de haber estado intrincadamente involucrados en ordenar asesinatos masivos de campesino», escribió Faith Sand, «la euforia se calmó rápidamente, y eventos como la masacre en Saquiya Dos comenzaron una vez más. Parece que Montt no tiene poder para detener al ejército devastador, o está dando la espalda a los hechos.»{53}

Sin embargo, como lo demostró la reacción frene al artículo sobre Guatemala, Visión Mundial no podía ir lejos. Dos meses después, un administrador todavía se encontraba recogiendo quejas de los hermanos ofendidos. Otro administrador predijo que Visión Mundial no volvería a publicar una historia como aquella, sobre todo porque ofendió al gobierno de Ríos Montt, el cual, la agencia esperaba, mejoraría la situación.{54} En general, mientras que la literatura de Visión Mundial reconocía la base estructural de la injusticia en una forma vaga, no vio razón en hacer más difícil su trabajo antagonizando a las autoridades.

Como Jorge Lissner ha señalado, las agencias de auxilio que desean maximizar las contribuciones financieras se preocupan de mantenerse en el centro del espectro político.{55} Es una explicación plausible para las vaguedades de Visión Mundial en relación a temas controvertidos. Cuando se preguntaba a sus oficiales cuál era la posición de su organización, lanzaban una serie de ecuaciones evasivas. Visión Mundial no estaba en contra de la protesta, pero estaba en contra de la violencia. En cuanto a la teología de la liberación, la liberación era crucial para América Latina, y Visión Mundial no rechazaba ninguna posición teológica que tuviera a Cristo como a su centro. Quería dar poder a las comunidades, proveyéndolas de técnicas administrativas que éstas necesitaban para manejar sus propios asuntos. Visión Mundial quería estar libre de la tiranía de las ideologías en bancarrota, del capitalismo y del comunismo. Quería escoger una tercera opción, aquella del Reino de Dios.{56}

A más de su actitud equívoca, Visión Mundial tenía una reputación por malgastar el dinero y por obviar a organizaciones establecidas. [342] De acuerdo a un análisis, el problema consistía en la prioridad que Visión Mundial daba a la maximización del ingreso. El objetivo de la operación se había convertido en obtener la mayor cantidad posible de dinero para luego entregarla. En lugar de responder a las necesidades de las organizaciones locales existentes, un método que llamaba a una considerable cautela con los gastos, Visión Mundial entregaba dinero a tantas comunidades como le fuera posible.

Más aún, al insistir en trabajar directamente con las bases en lugar de a través de organizaciones intermediarias, Visión Mundial establecía su propia burocracia. Nadie estaba más disgustado sobre esto que los misioneros y líderes evangélicos quienes había asimilado la retórica de Visión Mundial sobre su apoyo a la iglesia local. En la práctica, sentían que se les dejó fuera del cuadro. «En realidad, no trabajaron a través de la estructura existente», señaló un miembro de la Alianza Cristiana y Misionera en Ecuador. «Tienden a provocar cortocircuitos en las organizaciones existentes y a establecer su propio reino.»

Aún así, Visión Mundial mantenía un perfil relativamente bajo y difícil de atacar, al confiar sus programas a administradores no-norteamericanos. Sostenía que, de sus 1.100 empleados a tiempo completo y de sus 8.000 a medio tiempo afuera de los Estados Unidos en 1981, únicamente noventa y uno eran «del Occidente».{57} Desgraciadamente, el minimizar la administración extranjera podría generar una falta de supervisión. Los programas podían alterarse según la trayectoria política de las estructuras nacionales a través de las cuales estaban canalizados.

Visión mundial y sus enfoques

Enfoque asistencial

Corresponde al viejo paradigma de lo social cuyos componentes son la caridad cristiana , la filantropía individual, la beneficencia  y el voluntariado.  El asistencialismo parte de la premisa de la imposibilidad del cambio de la situación económica, social y cultural de las personas, familias y comunidades.  Estas son atendidas en calidad de “beneficiarias”, de elegidas, para ser merecedoras del acceso y disfrute privilegiado de programas, bienes y servicios.  El asistencialismo fomenta la dependencia entre el oferente y el receptor.  La dependencia impide el crecimiento personal, el fortalecimiento de la autoestima, la búsqueda de la autonomía individual y la autogestión comunitaria.  Impide, mental, emocional y físicamente el hacerse cargo, con responsabilidad y madurez del propio destino.  Las prácticas asistenciales se han dado tanto en las organizaciones públicas como las privadas donde aun persisten bajo el esquema de la focalización y la atención a la población vulnerable.

Hay que diferenciar los conceptos de asistencialismo y de asistencia.  La asistencia es un primer momento de atención, necesario e indispensable, para preservar la vida y reparar los daños y las pérdidas materiales de las comunidades que han sido víctimas de una agresión o de un desastre natural; se asocia al concepto actual de atención humanitaria como el de suministrar alimentos, albergue, ropa, frazadas y tratamientos médicos durante un corto período de tiempo.   El problema  reside en que los afectados asumen la posición de víctimas y damnificados recibiendo por ello ganancias secundaras, las cuales se incrementan en la medida que se prolonga su situación.

El enfoque asistencial ha privilegiado su atención  a cubrir las necesidades materiales de las familias pobres tales como la vivienda en comodato, la repartición de mercados, los roperos, las becas y  la consulta médica gratuita.

Enfoque de prestación de servicios
En la medida en que Visión Mundial fueron profesionalizando sus cuadros directivos y sus equipos técnicos, las ciencias sociales, humanas  y de la salud sus metodologías de intervención  y las organizaciones del Estado sus exigencias de contratación, los componentes del viejo paradigma de lo social perdieron su vigencia.  Visión Mundial también fue incorporando elementos que le mostraran como  entidades especializadas en la prestación de servicios a grupos poblacionales específicos , para ello asumieron estructuras, lineamientos  y prácticas empresariales tanto en la gestión social como en la gerencial.  El beneficiario paso a ser cliente y  con ello cambio no solo la concepción del trabajo sino, además, el tipo de relaciones. Las comunidades religiosas y el voluntariado fueron desplazados por profesionales especializados vinculados con contratos laborales o de prestación de servicios.  La configuración de un mercado de oferta y demanda de servicios sociales implicó nuevos procedimientos y la aplicación de criterios de rentabilidad, cobertura, calidad, evaluación y eficiencia.  El modelo neoliberal halló en la forma de organización de Visión Mundial especializada en prestación de servicios el instrumento justo para la aplicación de sus políticas sociales.  La contratación, la formulación de propuestas,  y el fomento de la competencia entre ellas por el acceso a los recursos públicos  son otros resultados del modelo. 

Efectos perversos ha tenido el modelo neoliberal al incentivar la competencia por los escasos recursos públicos para las familias de las entidades territoriales, entre las universidades, las cajas de compensación y las ONG de prestación de servicios como fue el papel que mantiene Visión Mundial en la actualidad.  Las primeras acuden a ventajas comparativas como la facultad de efectuar convenios interadministrativos.  Esta situación ha forzado a que primen en las organizaciones del tercer sector las relaciones de competencia sobre las de colaboración y participación.  La búsqueda y obtención de contratos para prestar servicios a las familias se ha convertido en una tabla de salvación para la sostenibilidad de estas organizaciones.  Las familias ya no son solo el fin,  el objeto social de intervención,  sino el medio de aseguramiento institucional.   Igual análisis puede extenderse  para los programas de niñez,  discapacitados y adulto mayor.

§ Las ONG están llamadas, por tanto, a cumplir una acción de fundamental importancia en ayudar a construir una sociedad civil pluralista y sostenible, con recursos y proyectos que demuestren su apertura, transparencia, integridad y autorregulación”

En Teoría Visión Mundial NO ES PATERNALISTA, NI ASISTENCIALISTA, NI DOMESTICADORA, AL CONTRARIO TIENE UN DISCURSO CONTRA ESTAS PRACTICAS Y HASTA NIEGA ESTAS PRACTICAS COMO SU MODUS OPERANTIS, pero en la práctica, es lo que continuamente hace, YA QUE TEÓRICAMENTE Y A MANERA DE PANTALLA DE HUMO TIENEN LOS LLAMADOS INDICADORES DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL SOSTENIBLE, pero nunca los aplican.

«América Latina es una región católica, pero no hay una razón para creer que esto seguirá siendo así. En algún momento podría convertirse en una región evangélica. Creo que si... Guatemala se convierte en la primera nación predominantemente evangélica en América Latina, tendrá un efecto de dominó.» –Analista en iglecrecimiento, Ministerios de Cruzadas de Ultramar, 1984{1}

¿Está América Latina convirtiéndose al protestantismo? Desde México hasta Argentina, las formas de religión impuestas por la conquista española están atravesando por una reforma de gran trascendencia. Hasta la fecha, la atención se ha centrado en el sector radical de la reforma, conocido como la teología de la liberación. Debido a que ésta es practicada principalmente por católicos romanos, con frecuencia se asume que la reforma se discute, sobre todo, en el interior de la Iglesia Católica. Esto puede ser verdad. A pesar de que la iglesia establecida ha tenido en América Latina una historia a menudo opresiva, recientemente ella ha demostrado una sorprendente capacidad de reforma. Una gran mayoría de latinoamericanos todavía se identifican como católicos. La teología de la liberación parece encarnar sus deseos de una vida mejor. En la revolución de Nicaragua, en donde la teología de la liberación es tan marcada, las referencias sobre la inminencia del Reino de Dios afloran con tanta frecuencia que Conor Cruise O'Brien la ha llamado «una Ginebra potencial».{2}

Pero ¿qué sucede con las iglesias que descienden de la antigua Ginebra, de Juan Calvino y de la Reforma en Europa? ¿Qué hay de los protestantes evangélicos de América Latina? Debido a la influencia de los misioneros norteamericanos, generalmente bastante conservadores en [4] política, es más fácil observar cómo los evangélicos latinoamericanos mantienen el statu quo que cómo lo cambian. En todo, excepto en la religión, parecen estar dedicados menos a la protesta que a la conformidad, y menos a ser autores de las revoluciones que productos de las fracasadas. En América Latina, es fácil concluir que el papel que los protestantes desempeñaron en la Reforma Europea ha pasado a los católicos radicales.

Mientras la Iglesia Católica cuenta sus mártires, sin embargo, los latinoamericanos están abandonándola en una proporción acelerada. Un obispo en Brasil ha advertido que Latinoamérica se está convirtiendo al Protestantismo más rápidamente que Europa Central en el siglo dieciséis.{3} Un movimiento aparentemente insignificante antes de la Segunda Guerra Mundial, incluye actualmente del 10 al 20 por ciento de la población del Brasil, Chile y América Central. Se está multiplicando, así también, en otras partes de América Latina.

A pesar de su éxito, los evangélicos continúan siendo una anomalía en la interpretación que los cientistas sociales hacemos de la vida religiosa latinoamericana. Ahora se acepta por todas partes que la religión es no sólo el opio del pueblo sino una esperanza por un mundo mejor, no sólo un impedimento para la protesta social, sino una forma de la misma. No obstante, en América Latina, este discernimiento se extiende rara vez a los evangélicos. Es fácil ver por qué. En una región tradicionalmente católica, los evangélicos insisten en violar las costumbres católicas. Ignorando las problemáticas estructurales planteadas por los católicos, los evangélicos insisten en que la única revolución genuina en América Latina será espiritual. A pesar de su aparente indiferencia frente a la opresión, tienen éxito en atraer a millones de pobres de la Iglesia Católica, «aunque esta última parece tener una conciencia social mucho más fuerte.» También tienen mucho éxito en la organización de grupos locales vitales y duraderos, en lugares en donde los marxistas han fracasado. Sus iglesias florecen en medio de los sobrevivientes de movimientos radicales reprimidos, y lo logran gracias al generoso apoyo de los Estados Unidos. Como resultado, permanecen al margen de la mayor parte de las interpretaciones de la política religiosa en América Latina, salvo cuando son objeto de una denuncia. [5]

La alarma acerca de los evangélicos latinoamericanos no es nada nuevo. No obstante, ésta se ha extendido en la década de 1980, especialmente a través de la Iglesia Católica y de la izquierda. Numerosos latinoamericanos piensan que el dinero norteamericano es el responsable de la multiplicación de las iglesias evangélicas. Además, sospechan que el gobierno de los Estados Unidos está utilizando a los evangélicos para fomentar sus propios intereses. Sus oponentes afirman que únicamente esa clase de manipulación puede explicar cómo los evangélicos son capaces de desbaratar los esfuerzos de la izquierda y de la Iglesia Católica para organizar a los pobres. De acuerdo a esta lógica, en lugar de un ejemplo de lucha popular, los movimientos evangélicos que incorporan a millones de latinoamericanos se convierten en la negación de la lucha, una conspiración diseñada para frustrarla.

Yo argumentaré que dichas explicaciones no son apropiadas. Pero el temor que reflejan está bien fundamentado, especialmente ahora que el gobierno de Reagan ha remilitarizado la política de los Estados Unidos hacia América Latina. Irónicamente, muchos evangélicos se sienten amenazados por el mismo giro de los eventos. Hacia el fin de la Guerra de Vietnam, cuando los disidentes evangélicos comenzaron a criticar el liderazgo de las misiones evangélicas, éste último puso cierta distancia entre sí mismo y la política exterior de su país. Sin embargo, la fuerza detrás del evangelismo global impulsaba, al mismo tiempo, a la derecha religiosa y al reaganismo. Poco después, los activistas políticos de la derecha se unieron al esfuerzo misionero en América Latina, en donde combinaron un deseo ardiente de ganar el mundo para Cristo con una visión de agrandar la hegemonía norteamericana.

Estos dos desafíos muy diferentes para la cristiandad evangélica, de los partidarios y oponentes de la expansión norteamericana, han inspirado este trabajo. Para los lectores alarmados por el crecimiento evangélico, quiero dar una explicación de su impredecible trayectoria social. Para los evangélicos, deseo enfatizar el peligro de permitir que sus misiones sean utilizadas por la derecha religiosa para apoyar el militarismo estadounidense. A pesar de subrayar que el protestantismo evangélico debe ser comprendido desde sus bases, como un movimiento popular, quiero enfatizar el peligro que correría de ser manipulado por el gobierno estadounidense. [6]

El centrarse en la política religiosa puede crear la impresión de que las iglesias son un mero juguete para las fuerzas políticas. Ciertamente, cualquier demanda espiritual puede ser interpretada en términos de funciones como la legitimación, la compensación o la protesta.{4} Sin embargo, las iglesias no representan intereses políticos de una forma monolítica e invariable; más bien, con frecuencia sirven de arena para las fuerzas competitivas. En cuanto a la experiencia religiosa, ésta tiene una dinámica propia, la cual puede modelar las lealtades políticas pero también puede ser modelada por éstas.{*} Si los compromisos religiosos se descartan como simples reflejos de intereses políticos, no podremos reconocer las nuevas y creativas respuestas que éstos producen.

Hago estas observaciones para subrayar un punto específico. Al igual que la religión no debería ser reducida a un campo de juego de las fuerzas políticas contendientes, el protestantismo evangélico no debería ser reducido a un instrumento político para los intereses dominantes. Esto es importante porque, bajo la influencia del pensamiento católico y marxista, muchos observadores han llegado a asumir que la religión evangélica tiene implicaciones políticas fácilmente predecibles. A lo largo de lo que sigue, deseo proporcionar un cuadro diferente del protestantismo latinoamericano, como generador del cambio social cuya dirección no está predestinada.

Teniendo esto presente, el primer capítulo trata sobre las dimensiones del crecimiento evangélico y de las reacciones hacia éste. Yo objeto que las polémicas contra la «invasión de las sectas» han tendido a oscurecer un hecho de gran trascendencia, la aparición, entre los evangélicos, de debates sobre cómo responder a la crisis social y económica, [7] la cual impulsa a tantos latinoamericanos a ingresar a sus congregaciones.
Los comentaristas católicos tienden a atribuir los logros evangélicos a agentes externos, especialmente a los evangelistas y al dinero norteamericano. Pero culpar a los Estados Unidos por el crecimiento evangélico sugiere una profunda desconfianza en el buen juicio de los pobres, una renuencia a aceptar la posibilidad de que éstos puedan hacer trabajar a una religión importada para sus propios intereses. En este sentido, algunos observadores católicos resaltan las debilidades de su propia iglesia como factores de importancia para el avance del protestantismo.

Siguiendo la misma línea de pensamiento, el segundo capítulo explora cómo el crecimiento evangélico ha sido impulsado por el clericalismo católico. Yo afirmo que, debido al carácter centralizado de la autoridad católica, los miembros disidentes tienden a abandonar el sistema. Los disidentes evangélicos, por el contrario, siempre pueden unirse a otra congregación y seguir siendo evangélicos. En una época en la que se está acabando con un orden social paternalista, dando más importancia a la iniciativa individual, no es difícil ver cuál sistema resultará favorecido. El segundo capítulo sugiere que lo que ha llevado a América Latina hacia el protestantismo evangélico es la incapacidad de la Iglesia Católica para descentralizar su sistema de autoridad.
El tercer capítulo se vuelve hacia los Estados Unidos y su apoyo a las misiones protestantes. Para evitar la generalización sobre los evangélicos, los he diferenciado en términos de organización, teología y política. Luego, el capítulo se centra en la derecha religiosa y en un cambio ominoso en los fundamentos teológicos del trabajo misionero. En contraste con la antigua advertencia fundamentalista de que el fin está cerca, la derecha religiosa ha prometido «tomar el poder» sobre la tierra, en una visión teocrática que revive la confusión entre la misión cristiana y el imperio norteamericano.

A pesar de la reaparición de ecuaciones entre Dios y los Estados Unidos, algunos evangélicos han criticado la forma de operación de sus misiones. Acusan a las «multinacionales misioneras» norteamericanas de perseguir sus propias objetivos a costa de las iglesias tercermundistas. [8] El cuarto capítulo profundiza en el resultante debate interno. Sin embargo, nadie puede negar que el protestantismo ya no es una injerto cultural norteamericano como una vez lo fue. Con pocas excepciones, las iglesias evangélicas de América Latina están siendo dirigidas, actualmente, por latinoamericanos.

Esa transformación es el tema del quinto capítulo, sobre el despertar evangélico en la región. Desafortunadamente, a medida que las iglesias protestantes se convierten más en latinoamericanas, muchas de ellas se han vuelto más autoritarias y místicas, con líderes que permanecen bajo el hechizo de mentores norteamericanos reaccionarios. Mientras tanto, la mayoría de los evangélicos latinoamericanos continúan viviendo en la pobreza. Mientras que los primeros neófitos tuvieron la posibilidad de mejorar su posición social dentro de una sola generación, estos cristianos se enfrentan a crecientes privaciones de austeridad en economías arruinadas. Las dos fuerzas contrarias, la derecha religiosa norteamericana y la crisis económica de América Latina, estimulan una polarización sin precedentes entre los evangélicos.

El sexto capítulo está dedicado a este conflicto, entre los evangélicos que consideran a sus iglesias como una fortaleza poderosa contra la subversión, y aquellos que desean incorporar la dimensión social de la Biblia a la salvación predicada por sus iglesias. Al lanzar una reforma dentro de la reforma, el último grupo, teológica pero no políticamente conservador, podría demostrar el camino hacia un encuentro crucial, que es difícil de visualizar en la actualidad, pero que puede cambiar a los antagonistas casi más allá del reconocimiento. Me refiero a un encuentro entre las iglesias de mayor éxito en América Latina y sus teólogos más innovadores, entre el protestantismo evangélico y la teología de la liberación.

Este trabajo no puede predecir el resultado de debates entre las distintas concepciones sobre el Reino de Dios. Tampoco anuncia la conquista protestante de América Latina. Por el momento, lo único que está claro es que el protestantismo evangélico necesita ser pesado en la misma balanza que las diversas tendencias de la Iglesia Católica, y no solo como un fenómeno secundario. Quedan sin respuesta, por el momento, preguntas como qué rumbo tomará la reforma latinoamericana y [9] qué tendencia predominará. No obstante, espero dar el primer paso para contestarlas, al plantear la posibilidad de que la teología de la liberación haya sido sobrevalorada como la vanguardia de la reforma religiosa en América Latina. Para sugerir por qué, tres estudios de caso presentan una visión más profunda sobre el antagonismo existente entre la teología de la liberación y el protestantismo evangélico.

El Capítulo 7 trata del gobierno (1982-1983) de un militar evangélico en Guatemala. El General Efraín Ríos Montt, al enfrentarse a un movimiento revolucionario apoyado por un sector de la Iglesia Católica, emprendió una devastadora contrainsurgencia con la Biblia en la mano. Desde entonces, en ciertas zonas del altiplano guatemalteco, las iglesias evangélicas parecen haberse convertido en la religión dominante.{**}

El segundo caso, en el Capítulo 8, revisa el conflicto entre la teología de la liberación y el protestantismo conservador en la Nicaragua sandinista. Los evangélicos nicaragüenses han pagado un alto precio en la guerra sandinista-contra, atrapados entre su gobierno revolucionario y el gobierno norteamericano, el cual utilizó a la religión para emprender la contrarrevolución. Aun si los sandinistas permanecen en el poder, las penalidades por las que se atraviesa al defender a la revolución hacen pensar que los conservadores que se oponen a los sandinistas pueden tener un futuro más brillante que los evangélicos que se identifican estrechamente con ellos.
El tercer estudio de caso, Capítulo 9, examina las controversias sobre Visión Mundial, la más grande de las agencias evangélicas de desarrollo. A medida que los evangélicos despliegan un mayor interés por la problemática social, los activistas católicos en el Ecuador consideran que los bien financiados programas de Visión Mundial intentan contrarrestar sus esfuerzos para organizar a la población indígena. A juzgar por el impacto de Visión Mundial sobre una diócesis católica, conocida por su activismo social, un presupuesto generoso impresiona más a los pobres que un programa de concientización. [10]

Estas son apreciaciones pesimistas sobre la teología de la liberación, tal vez demasiado. No obstante, muchos indicios sugieren que los líderes evangélicos están siendo forzados a tratar con algunos de los temas planteados por su gran rival ideológico, temas que hasta recientemente podían ignorar. El problema básico que enfrentan es el siguiente: ahora que los latinoamericanos pobres se dirigen hacia las iglesias evangélicas para encontrar ayuda en su lucha por la supervivencia, ¿qué harán los neófitos si sus ingresos continúan deteriorándose? A medida que las iglesias incorporan a más y más pobres, pueden ser forzadas a tratar con la crisis económica y social que motiva su crecimiento. Este es el desafío que convierte al protestantismo de América Latina en un movimiento sin una dirección política determinada. Por consiguiente, en el capítulo final presento una última consideración acerca de la competencia entre el protestantismo evangélico y la teología de la liberación, y de los prospectos, todavía confusos, sobre una reforma social basada en el protestantismo.
Este es un plan tan ambicioso que debo confesar cómo se originó: frente a un aparato de televisión. Corría el año de 1984: un héroe de la derecha religiosa criticaba a una misión evangélica por no haberse unido a la guerra de los reaganistas contra los sandinistas. Irónicamente, mientras pocos latinoamericanos conocían de la ayuda que el televangelista Pat Robertson proporcionaba a los contras, muchos más sospechaban que la agencia a la que él atacaba –Visión Mundial– era un frente de la CIA. Se me ocurrió que importantes cambios en el protestantismo latinoamericano, como la llegada de la derecha religiosa y la resistencia a ésta por parte de otros evangélicos, no recibían la atención que merecían en los círculos intelectuales. Recibíamos únicamente versiones parciales, generalmente en forma de polémicas. Con tantas representaciones conflictivas, decidí compararlas entre sí, con la esperanza de llegar a alguna clase de aclaración.

Tres años antes, había completado un ejercicio similar sobre el tema de los Traductores Wycliffe de la Biblia, una misión con base en los Estados Unidos, que aparece de vez en cuando en las páginas que siguen. Durante las visitas que realicé a Guatemala, Nicaragua y Ecuador, desde 1982 a 1984, supe de varias controversias –sobre un dictador evangélico acusado de genocidio, un gobierno revolucionario acusado [11] de perseguir cristianos, y una agencia evangélica de ayuda acusada de imperialismo– las cuales se convirtieron en los estudios de caso. Después de tomar la decisión de utilizar los tres para un mayor estudio sobre los avances evangélicos, en mayo de 1985 hice un recorrido de cuatro meses por Ecuador, Perú, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y México, para entrevistar a los líderes evangélicos sobre los cada más visibles conflictos en sus iglesias. Lo que sigue está basado en dichas entrevistas, en mi experiencia previa con el escenario misionero, y en una gama de literatura que va desde lo sagrado hasta lo profano.

Se debe tener presente que lo que sigue no proporciona una cobertura enciclopédica sobre el enorme número de organismos evangélicos. A pesar de que he tratado de incluir a los más conocidos y discutidos, los lectores pueden encontrar que faltan algunos grupos de interés particular.{5} El libro tampoco concede un espacio igual a las varias regiones de América Latina. Los tres estudios de caso no fueron escogidos porque los países en los que ocurren –Guatemala, Nicaragua y Ecuador– tengan más evangélicos o porque sean los más representativos. Son el resultado de la atracción que siente el autor hacia los escándalos religiosos que ponen de relieve cierta clase de conflicto. Por consiguiente, debido a mi oportunismo, América Central recibe más atención que América del Sur. No obstante, en el estudio se incluyen las gigantescas iglesias pentecostales de Brasil y Chile, así como también un ejemplo de la competencia católico-protestante en el sector menos evangélico del continente, los Andes. Espero que los casos repercutan más allá de sus fronteras, para decir algo sobre los prospectos del protestantismo en toda América Latina.

Una última omisión surge de la imposibilidad de agradecer a todos aquellos que me ayudaron. Tú sabes quién eres: pronto sabrás si lamentas haber venido en mi ayuda. Pero deseo agradecer a Brian O'Connell, Greg Starrett, Mary Crain, Lynel Horn, Barry Lyons, Viola Larson, John Stam, Dennis Smith, Thomas Scheetz, Robert Carmack, Sharon Philipps, Kamala Visweswaran, Andrés Fajardo, y Charlie Hale por sus comentarios sobre partes de este manuscrito. En este aspecto, David Scotchmer, Santiago Tribout y Gonzalo Hallo pusieron especial esmero. También fueron de mucha ayuda los lectores de varias imprentas universitarias, incluyendo a Simon Collier, Richard N. Adams, [12] Kent R. Hill y a dos lectores anónimos de la Universidad de California. Ninguno de ellos es responsable de lo que sigue, pues no siempre seguí su consejo.

Desafortunadamente, la situación política hace que sea conveniente proteger la identidad de la mayoría de latinoamericanos que me ayudaron. Por ello, no atribuyo fuentes en las notas, especialmente en los capítulos sobre Guatemala y Nicaragua. Pero deseo expresar mi gratitud especial a estas personas, católicas y protestantes, líderes y disidentes, de la izquierda y de la derecha. Algunos de ellos consintieron en ser entrevistados a pesar de correr cierto riesgo al hacerlo. Aunque sin duda existirán desacuerdos con las posiciones adoptadas en este trabajo, se lo dedico a ellos y a su lucha por amarse los unos a los otros.

Visión mundial no es otra cosa que un lobo vestido de oveja. Que instrumentaliza a las mismas comunidades indígenas, que hace crecer su INDUSTRIA Y EMPRESA DEL AUXILIO con 4 brazos fundamentales, el asistencialismo, el paternalismo y la domesticación y la donación de propios o extraños, ellos como hemos dicho  rechazan tales aseveraciones y las tildan de acusaciones sin fundamento. LA Base de su negocio es la Pobreza y el subdesarrollo.

Pero hemos demostrado hasta la saciedad y podemos seguir demostrándolos si hacemos un seguimiento directo y no nos dejamos llevar por los ENGAÑOS FOTOGRÁFICOS, sino a través de verdaderas evaluaciones que lleve el Estado y mida con indicadores reales, y  cuanto impacto ha hecho los proyectos de visión mundial o si tienen impactos mas bien adversos.

Visión Mundial Usa a las comunidades indígenas como tercializadoras de empleo, esto se debe a que esta ONG apoya técnica y financiera a una organización indígena que muchas veces se ha creado en torno a los ofrecimientos de Visión Mundial y solo para este fin, y que muchas veces no tienen ni fuerza política sino únicamente están organizados para recibir los regalos de Visión Mundial.

Esa organizaciones campesinas contratan personal pero no son ellos los que les pagan, quien paga es Visión mundial, Visión Mundial muy poco contrata directamente, esto se debe a que quiere evadir seguro social, o estabilidad laboral o juicios de trabajo.

Para evitarse esto contratan a la gente por medio de la organización campesina para evitar conflictos principales laborales. Hasta antes de este gobierno Visión Mundial explotaba vilmente a sus trabajadores haciéndoles trabajar hasta 10 horas diarias sin reconocimiento de horas extras, y sin seguro social y de accidentes.

En la actualidad les pagan seguro social a algunos, pero no les reconocen las horas extras que llegan a ser hasta de 16 horas seguidas una jornada laboral. Y se mantiene la tercerización laboral evitando contratar directamente a todos sus empleados y contratándoles a través de las llamadas Juntas campesinas que representan a las organizaciones campesinas. Es que claro y si el trabajador quiere hacer un juicio laboral lo hace contra la junta, la junta no dispone de dinero, entonces se declara insolvente y Visión Mundial ha ganado nuevamente con la EXPLOTACIÓN LABORAL

ESTE TIPO DE ONG, APOYADA POR LA USAID POR LA CIA DEBE SER EXPULSADA DEL PAÍS Y NO VOLVER UNA LACRA TAN GRANDE QUE HA HECHO MUCHO DAÑO A NUESTRA GENTE, AHORA QUE QUEREMOS TRABAJAR CON LA GENTE, LA GENTE PRIMERO NOS PIDE COSAS, REFRIGERIOS, COMIDA, Y SINO NO QUIEREN TRABAJAR, EN BOCA DE LA GENTE DICE: VISIÓN MUNDIAL SI NOS PAGA USTEDES QUE NOS VAN A DAR?

Notas
{*} Scott Mainwaring ha afirmado de la Iglesia Católica en Brasil: «No existen intereses objetivos que una iglesia esté obligada a perseguir. Dentro de la Iglesia existen muchos puntos de vista conflictivos sobre los verdaderos intereses de la institución y sobre cómo perseguirlos... El cambio dentro de la Iglesia resulta de los conflictos entre grupos con diferentes concepciones de fe, no de los intentos de la institución por proteger los intereses sobre los que las distintas facciones han acordado. En la Iglesia brasileña, el debate crucial no es sobre cómo promover los intereses de la Iglesia, sino más bien sobre cuál debe ser su misión... La religión puede ser una fuerza poderosa para la determinación de una orientación política, con frecuencia mucho más poderosa que la clase social (Mainwaring 1986: 5, 7, 12).
{**} Una versión abreviada del Capítulo 7 aparece en Harvest of Violence: The Maya Indians and the Guatemalan Crisis, ed. Robert M. Carmack (Norman: University of Oklahoma Press, 1988).
{1} James Montgomery, citado en «DAWN is About to Break on Guatemala», Global Church Growth (Milpitas, California: O.C. Ministries), marzo-abril 1984, p. 351.
{2} Conor Cruise O'Brien, «God and Man in Nicaragua», Atlantic Monthly, agosto de 1986, p. 56.
{3} Monseñor Boaventura Kloppenburg en la conferencia episcopal de 1984 en Bogotá, citado por Thomas Stahel, «The Sects in Paraguay», America, 27 de septiembre de 1986, pp. 139-141.
{4} Bastian 1986: 16.
{5} Para encontrar información acerca de una organización, se debe comenzar con Barrett 1982, Wilson y Siewert 1986, Johnstone 1986, para América Central y el Caribe, véase Holland 1981 o Resource Center 1988ab 1988b 1988c. La mayoría de los grupos están ansiosos de colocar a contribuyentes potenciales en su agenda de direcciones. En América Latina, evangélicos en el instituto bíblico o seminario más cercano sabrán si se ha publicado un directorio de iglesias nacionales, y a menudo están dispuestos a explicar los antecedentes de un predicador evangelista visitante.
{39} Tucker 1983: 470.
{40} Ted W. Engstrom, «The Year the World Cared», World Vision (Monrovia, California), febrero-marzo de 1986, págs. 14-15.
{41} Visión Mundial, 1984 Annual Report, págs. 6-12.
{42} Geoff Renner, director regional, «Visión Mundial y la Misión Integral de la Iglesia en América Latina», noviembre de 1983, pág. 5.
{43} Visión Mundial, 1985 Annual Report, pág. 10. Algunas de las agencias más grandes no eran evangélicas, incluyendo a Christian Children's Fund, Foster Parents Plan, y Save the Children.
{44} Randy Frame, «Relief Agencies Confront A Major Crisis of Their Own», Christianity Today, 19 de septiembre de 1986, págs. 36-37.
{45} Aunque el adoptar a una comunidad pudo haber tenido un mejor resultado en los Estados Unidos que en los otros países que contribuían a Visión Mundial. De acuerdo al 1984 Annual Report (págs. 1-2), los donantes en los Estados unidos proporcionaron las dos terceras partes de los 187 millones de dólares que Visión Mundial tuvo como ingreso ese año, pero patrocinaron únicamente el cuarenta y seis por ciento de los niños.
{46} Youngren 1982: 38-40.
{47} Michael Lee, «World Vision, Go Home!» Christian Century, 16 de mayo de 1979 (págs. 542-544); 4 de julio de 1979 (págs. 707-708) y 1º de agosto de 1979 (pág. 772). Steve Askin, «Hostility, Conflict Engulf World Vision», National Catholic Reporter, 23 de abril de 1982, págs. 9 y ss.
{48} Askin, «Hostility». De acuerdo al 1984 Annual Report de Visión Mundial (págs. 1, 12), el 68,9% de su ingreso norteamericano de $127,4 millones de dólares en ese año provenía de individuos y familias, el 4,2% de iglesias, el 19,5% de donaciones (aparentemente del gobierno norteamericano, principalmente para Polonia), el 4,5% de corporaciones y fundaciones, y el 2,9% de donaciones planificadas e inversiones.
{49} World Vision International 1981: 20.
{50} «Press-time Report: Inside Lebanon», World Vision, agosto de 1982, págs. 12-13, 18. W. Stanley Mooneyham, «Shattered Buildings, Broken Lives», World Vision, septiembre de 1982, págs. 3-11.
{51} Lee Huhn, «Dateline Nicaragua», World Vision, octubre de 1979, págs. 18-19.
{52} Oscar A. Romero, «Taking Risks for the Poor», World Vision, junio de 1982, págs. 6-7. El ejemplar de abril-junio de 1985 del periódico Together, de Visión Mundial, se concentró en la teología de la liberación.
{53} Faith Sand, «An Unpredictable Volcano», World Vision, octubre de 1982, págs. 2-7, 10-11.
{54} Entrevistas del autor, octubre de 1982 a febrero de 1983.
{55} Lissner 1977.
{56} Geoff Renner, «Visión Mundial y la misión integral de la Iglesia», págs. 7-9.

{57} Respuesta de 28 de agosto de 1981 de James Jewell, Visión Mundial-Monrovia, a Frank Viviano, Pacific News Service. 

NO MÁS VISIÓN MUNDIAL......FUERA DEL ECUADOR....FUERA DE NUESTRAS COMUNIDADES